Sunday 18 July 2010

Epistemofobia: Arenque rojo.

Arenque Rojo  El arenque rojo (o Ignoratio Elenchi) consiste en utilizar argumentos que pueden ser válidos y verdaderos pero completamente irrelevantes con el fin de quitar la atención al problema principal. El término proviene de la idea de usar un pescado con olor fuerte para distraer a los perros de caza y fue originada por el periodista William Cobbett (si wiktionary no me miente). Como el argumento o premisas presentadas pueden ser correctos, no se trata estrictamente de una falacia lógica sino de una falacia informal. Una forma de resumirlo sería: “La conclusión se sigue de sus premisas pero, ¿qué importa?”.

Uno caso particular de arenque rojo se vio durante la reciente campaña en contra del matrimonio homosexual y es la idea de que

apenas un 5% (o menos) de la totalidad de la población de orientación homosexual tiene interés en contraer [matrimonio], y una vez que lo contrae la unión tiene baja duración.

Esto es un arenque rojo a todas luces y es un argumento que yo ya he criticado como tal. Supongamos que fuera verdad, ¿qué relevancia tendría? .

En la teoría se trata de una técnica argumentativa relativamente simple de detectar, pero en la práctica las cosas son más confusas. Muchas veces los arenques rojos toman la forma de argumentos inválidos o premisas falsas y en el calor de la discusión uno se puede ver tentado a criticarlas. Así la discusión se va por una tangente cuya resolución sería irrelevante al tema central que se discute. Ese habría sido el caso, por ejemplo, si en vez de descartar el argumento anterior, hubiera tratado de criticar sus premisas. Habría tenido que consultar fuentes y analizar estudios para determinar si los números que presentan son correctos. Al final, sin embargo, nada de eso habría sido relevante; habría sido una gran pérdida de tiempo.

Una forma rápida de reconocer los arenques rojos es preguntarse, si la premisa presentada fuera falsa, ¿afectaría la validez o veracidad del argumento principal? Reconocer una tangente irrelevante a tiempo es increíblemente eficiente. Quien lo está esgrimiendo probablemente tenga un argumento elaborado y complejo para establecer esa premisa y al declararlo irrelevante, se le corta las piernas prematuramente.

Conclusión

Los arenques rojo son difíciles de reconocer en el calor de una discusión, especialmente si se trata de un debate en vivo. Si uno presta atención, podrá ver que en los encuentros verbales la cantidad de tangentes irrelevantes es asombrosa. Esta es una de las razones por las cuales prefiero los debates escritos y es ahí donde el arenque pierde su poder. Es importante tomarse su tiempo al analizar los argumentos en su totalidad y no atacar la primera falsedad o absurdidad que se encuentra. Antes de responder a algo siempre hay que preguntarse por su relevancia además de su falsedad; de otra forma uno tiene el riesgo de terminar peleando contra un pescado oloroso.