Friday 19 August 2011

Los animales migran debido al calentamiento global.

migración Una de las respuestas predecibles de los animales y plantas frente al aumento de la temperatura es migrar hacia regiones más frías. Esto, básicamente, significa mudarse a más altitud o moverse hacia los polos. Pero así como esta la respuesta de los animales es predecible, también lo es el de los “escépticos” del cambio climático: negar, desinformar, malinterpretar y sembrar confusión.

La ciencia básica es más que simple: la temperatura suele disminuir con la altitud y aumentar con la latitud. Si una determinada planta tiene un rango de temperatura ambiental óptima pero su hábitat comienza a calentarse, las plantas que estén en las zonas más calientes van a tener menos éxito que las que están en zonas más frías y que ahora empiezan a ser más hospitalarias. A grosso modo las plantas que están a más altitud y mayor latitud (más cerca de los polos) van a sobrevivir mejor a este cambio y así todo el hábitat se mueve en esa dirección. Lo mismo pasa con los animales aunque estos también tienen la virtud de poder moverse con sus propios medios. Este efecto ha sido observado hacer tiempo. Ya en 2003 la revista Nature publicó 2 estudios “masivos” que concluían que analizaban más de 1500 especies distintas y concluían que sus hábitats estaban migrando hacia el norte (porque los estudios se hicieron en el hemisferio norte) a una velocidad de 6 km por década y que los comportamientos asociados con la primavera se adelantan unos 5 días por década.

Un reciente meta-análisis publicado en la revista Science realizó un análisis estadístico de unas 2000 especies y sus regiones de acción y concluye que, en promedio, la velocidad de migración es de 16,9 km por década hacia los polos y de 11 metros por década hacia tierras más altas. Esto es, según los autores, 3 y 2 veces más rápido de lo que se pensaba. Los autores también encontraron que las especies que más rápido están migrando son las que habitan en las regiones que están sufriendo más calentamiento (no todo el globo se calienta igual) y que la magnitud de la migración era cercana a la esperada  teniendo en cuenta la magnitud del calentamiento.

Número tan altos y dispares con el resto de la literatura sin duda deben levantar algunas sospechas entre los científicos activos en ese campo. Me imagino que en los meses siguientes este estudio va a ser sujeto a varias críticas. Veremos qué sucede. En cualquier caso las críticas, esperemos, van a ser más substanciosas que las ofrecidas por un notorio negacionista del cambio climático Luboš Motl. En un post en su blog concentra tanta desinformación que me sorprende.

Motl comienza haciendo notar que todas las especies eran del hemisferio norte. Y sí, la mayor parte de la investigación es realizada por Europa y EE.UU. por lo que la mayor parte de la información confiable va a ser de especies de ese hemisferio. Los propios investigadores se quejan de eso en el artículo en Science Now y he leído trabajos que notan esta falencia (igual me acuerdo haber escrito sobre un paper similar sobre un pececito australiano). De todas formas esto es un dato menor, lo importante va a continuación.

Estamos hablando de un cambio del hábitat de unas 100 millas en 20 años.

Tuve que buscarlo en google pero 100 millas son unos 160 kilómetros. ¿De dónde saca esta cifra si el paper habla de 16,9 km por década? Al principio no lo entendía pero luego caí en la cuenta. En la noticia que Motl linkea se hace referencia a una mariposa que “migró 135 millas en 21 años”. Que use este dato extremo en vez del promedio que concluye el trabajo no sólo es engañoso sino que, sumado a que no linkea a la publicación original, me hace pensar que ni siquiera leyó el paper que está criticando. En cualquier caso, esto es la base para su argumentación:

Sin embargo, esta figura de 200 o incluso 300 kilómetros cada 20 años que indican claramente no tiene nada que ver con la tasa de calentamiento global. ¿Por qué?
Si se substituye el calentamiento observado en 20 años –algo así como 0,3ºC (…)– y si se calcula la distancia que uno debería alejarse del ecuador para compensar por este calentamiento, se obtiene una distancia mucho menor. La diferencia polo-ecuador en la temperatura media global es de unos 80ºC (…). Así que 0,3ºC es aproximadamente 1/250 de la distancia polo-ecuador y 1/250 de 10.000 km es más o menos 40km o 25 millas.

Este argumento es fractalmente falso. Es incorrecto sin importar a la escala en la que se mire y cualquiera que haya leído el paper siquiera superficialmente reconocería por qué. Dejemos de lado que la figura con la que comienza es un orden de magnitud mayor al realmente publicado, o que pretende utilizar el aumento en la temperatura media global para predecir efectos locales o que no tuvo en cuenta la correlación encontrada entre el calentamiento local y la migración observada. Tampoco da para señalar sutilezas como que el aumento de la temperatura en el hemisferio norte en realidad es mayor que la media por ser un hemisferio principalmente continental. Tampoco lo voy a criticar por utilizar una función tan simplista de la disminución de la temperatura según la latitud que no tiene en cuenta factores meteorológicos como las células convectivas. Ni tiene sentido señalar que sugerir que como los animales migraron más de lo esperado, entonces “no tiene nada que ver” con calentamiento global es cualquier cosa menos un argumento válido. No, lo peor de su argumento es que su valor de 20km por década es –oh, la ironía– ¡muy cercano al que llegaron los investigadores!

Conclusión.

Además de satélites y estaciones meteorológicas la naturaleza nos brindó miles de millones de termómetros naturales con los cuales corroborar la noción de que el planeta se está calentando. Lejos de “tambalear la farsa” el calentamiento global es cada vez más innegable.

Chen, I., Hill, J., Ohlemuller, R., Roy, D., & Thomas, C. (2011). Rapid Range Shifts of Species Associated with High Levels of Climate Warming Science, 333 (6045), 1024-1026 DOI: 10.1126/science.1206432

Thursday 18 August 2011

Que Boiron nos lo demande.

Quizás algunos recuerden que hace unos meses publiqué un post explicando qué es el Oscillococcinum. En resumen: es una substancia inexistente que luego se diluye hasta que no queda nada y luego se vente a U$S 1 la píldora como un remedio para “aliviar los síntomas de la gripe”. No sirve y no puede servir. Son pastillas de azúcar o lactosa carísimas. Quien me diga que compraría algo así que me contacte… tengo un buzón en perfecto estado para venderle.

Quienes sigan el blog del Círculo Escéptico Argentino (o su página en facebook o su twitter) u otros blogs de escepticismo ya sabrá a qué viene esto. Recientemente salió a la luz que un blogger italiano fue amenazado por la filial de Boiron de ese país por poner una imagen de su producto Oscillococcinum con una leyenda riéndose de que no tenía ningún principio activo. El blog se llama Blog(0) y este tema ya ha sido comentado por incontables bloggers e incluso el British Journal of Medicine publicó una noticia sobre el caso.

Para más detalles, lean la entrada que escribí en el CEA: 

A pesar de esto, y como explica Samuele, la rama italiana de la multinacional Boiron le envió una carta amenazando con demandar por “haber expresado opiniones falsas e infundadas sobre la homeopatía”. Esto es hipocresía elevada a la 400ava potencia ya que quien realmente está expresando “opiniones falsas e infundadas” es la propia compañía al sugerir que sus preparados sirven para algo. No hay más que leer su página informativa en inglés para encontrar falsedades.

Sigue en: Boiron amenaza con demandar a un blogger italiano.

Thursday 11 August 2011

Clasificación de nubes: Los cúmulos.

nubesliniers

Algodón, espuma, merengue; quizás Liniers no lo sabía pero las nubes de las que está hablando Enriqueta tienen nombre científico: Cúmulus. Y no es la primera vez que estas nubes son publicadas o mencionadas ya que son, por lejos, las nubes más icónicas. Así como el perro “estándar” es el labrador, si a uno le piden que piense en una nube probablemente piense en un cúmulus (o cúmulo). Es quizás la nube más simpática de todas; con su figura rechoncha y llena de rollitos tiene la simpatía de una de esas estatuitas del buda gordo. Además parecen súper cómodas y suelen aparecer en días soleados anunciando buen tiempo, así que no es de extrañar que sean bien recordadas.

Como decía en la introducción, las nubes se clasifican en géneros, especies y variedades. El género Cúmulus tiene cuatro especies:

  • húmilis: cuando es más ancha que alta
  • mediocris: cuando es tan alta como ancha
  • congestus: cuando es más alta que ancha
  • fractus: cuando presenta contornos irregulares y deshilachados como una bola de algodón medio maltratada

Hay veces que uno puede observarlas formando hileras paralelas. Esta es la única variedad del cúmulo que se denomina radiatus y nos hace pensar, ya no en una bola de algodón, sino en toda una plantación.

cúmulus congestus Cúmulus congestus con mucho espacio para extenderse (click para agrandar)

La inolvidable forma mullida del cúmulo se debe a dos factores. Primero están sus bordes definidos que dan la sensación de que uno podría acostarse ahí arriba. Esto es porque los cúmulos, al ser nubes bajas y cálidas, están formados casi siempre por gotitas de agua líquida dándole una apariencia más definida que las nubes altas, que son más bien lechosas por estar formadas por cristales. En segundo lugar, la forma de pompón se debe a que se forman gracias a corrientes convectivas que suben desde abajo.

El aire caliente es menos denso que el frío y por eso tiende a elevarse por encima de él. Además la temperatura tiende a disminuir con la altura (porque se aleja del suelo caliente) en lo que se llama Gradiente Adiabático (lapse rate en inglés). Esto forma corrientes de convección parecidas a las que uno puede observar cuando hierve la sopa. Y así como el fuego calienta el agua y ésta se eleva arrastrando las verduras y los fideos munición, cuando el suelo calienta el aire éste se eleva arrastrando el vapor de agua que contiene. A medida que gana altitud su temperatura desciende y ahí entra en acción otro principio básico. El aire caliente puede contener más humedad que el frío. Cuando en la tele se da el porcentaje de humedad, lo que nos está diciendo es la humedad relativa; que haya 50% de humedad significa que, dada la temperatura del momento, la atmósfera local contiene la mitad de la humedad total que puede contener.

Al disminuir la temperatura de la masa de aire cálido, la cantidad máxima de vapor de agua que puede contener también desciende, por lo que la humedad relativa tiene que aumentar. Al llegar a cierto punto el aire se satura y el agua comienza a pasar de gas a líquido formando gotitas. Las bases de los cúmulos son chatas por esta razón; es un límite por sobre el cual la temperatura es lo suficientemente fría para que el agua se condense. Las cimas tienen montículos porque algunas corrientes convectivas llegan más alto que otras. Pero si la única fuente de energía fueran las corrientes de aire cálido, no habría forma de tener cúmulos. En realidad éstas no son lo suficientemente fuertes para llegar tan alto. Es gracias a otro proceso distinto que podemos disfrutar de ovejas en el cielo.

Esta nube claramente está hecha de sudor…
y necesita un desodorante (click para agrandar)

Es simple de entender: el agua enfría. En los horrorosos días de verano de +35 ºC uno transpira como un cerdo. El cuerpo hace esto porque la evaporación del sudor es un proceso endotérmico, es decir, necesita energía para producirse. La energía para evaporarlo, en el caso del horroroso día de verano, viene del calor de la piel, enfriándola. Pero lo contrario también es cierto: la condensación del agua es un proceso exotérmico y otorga energía (calor) al medio que lo rodea. Pues las nubes están hechas de sudor, por lo que al comenzar a condensarse la humedad del aire, éste se calienta de nuevo dándole un impulso extra que permite que el cúmulo llegue a impresionantes dimensiones al transformarse en cumulusnimbus; una nube de tormenta, rayos y granizo que se extiende hasta la tropopausa (la parte más alta de la tropósfera).

Dije que las gotitas de agua que contiene un cúmulo son “innumerables”. Esto no es técnicamente cierto (más bien son unas 10 mil millones por metro cúbico) pero uno se sorprendería por saber cuánta agua puede contener un pequeño cúmulo mediocris. Imaginemos un cúmulo típico con un volumen de 1km3 y situado a 2km sobre el suelo. Según la US Geological Survey la densidad de la nube es de 1,003 kg/m3 (que flota porque la densidad del aire circundante es de 1,007 kg/m^3). Haciendo cuentas llegamos a que la nube pesa 1,003 × 109 kg, aproximadamente 1 millón de toneladas. Es un puff bastante pesado; aunque también muy poco denso.

Un pileus sobre un cúmulus
(click para agrandar)

Si bien las especies húmilis y mediocris son consideradas nubes de buen tiempo, no es raro que la celda convectiva que las alimenta las haga crecer hasta convertirse en un cúmulo congestus que descargue un chaparrón o incluso un cumulonimbus (la nube de tormenta por excelencia). Claro que esto es un problema sólo para los que consideran que la lluvia no es “buen tiempo”. Es de lo más interesante estar debajo de un cúmulus congestus mientras descarga su precipitación mientras, a lo lejos, se ve el cielo azul despejado con el sol radiante (esto sucedió hace poco sobre Buenos Aires y alrededores). Y ni hablar de las tormentas, verdadero concierto de la atmósfera.

Además de estas especies y su variedad, el cúmulo puede presentar algunos rasgos accesorios interesantes. Si bien van a tener su propia entrada siguiendo la estructura de la Guía del Observador de Nubes, hay uno en particular que me resulta muy lindo y es el pileus. Al ir creciendo en vertical, el cúmulo puede obstaculizar una corriente de aire obligándola a subir. Ésta entonces también comience a enfriarse y condensar vapor en gotitas. Desde el punto de vista del observador, la nube parece haberse puesto una peluca bien peinada. Lo que es curioso es que un proceso similar forma las nubes lenticulares sólo que en vez de una nube, en ese caso el obstáculo es una montaña.


Este post es parte de una serie sobre la clasificación de nubes. Las fotos son mía y hay más en la galería Meteorológicas.

Monday 8 August 2011

Cuántos terremotos hay por semana.

Este es otro Rafa distinto.

Esta es una entrada rápida. A ver si le gano a La mentira está ahí afuera al responder a la última chantada del blog de Rafael Palacios (Rafa para los amigos y para quienes lo detestamos) Rafael López Guerrero; Rafael Palacios es "rafapal" (también detestado).  Esto ya es más deporte que otra cosa.

Hace meses, y por alguna razón que sólo su cerebro divorciado de la realidad puede entender, Rafa está obsesionado con el cometa Elenin (que no va a destruir la Tierra). Hoy, tratando de elevar nuestro nivel de alarma nos dice que “En los últimos 7 días se han reportado más de 31 Terremotos por encima de 5.0”.

La actividad sísmica continúa en aumento a medida que se produce la aproximación del cometa Elenin.  La actividad solar y el diagrama TEC-F2 no ofrecen lugar a dudas que existen zonas en la ionosfera con acumulación superior a 20 unidades sobre la media acumulada mensual.
Queda claro para los expertos que el incremento de la actividad sísmica se debe al incremento de las perturbaciones procedentes de las tormentas solares, y evidentemente, tal y como ya pusimos de manifiesto en 2009 al tránsito del “cluster”

Y luego da una lista de terremotos. En el modus operandi típico de este chantapufi la lista tiene extactamente 31 sismos por lo que el título de su entrada es falso desde el vamos al prometer “mas” de 31. Pero dejando las chicanas de lado, ¿31 terremotos de magnitud mayor a 5 puede representar un “incrementeo de la actividad sísmica”?. Fácil verificarlo. Vamos al sitio de la US Geological Survey  donde hay una página de hechos y estadísticas sobre los terremotos. Ahí vemos que hay una lista de cuántos terrmotos por año hay, en promedio, de cierta magnitud. Sumando veo que hay 1469 terremotos por año (en promedio) con magnitud mayor a 5, lo cual representa 4 por día o 28 terremotos por semana.

A Rafa y “su team” les parece que un aumento de 3 terremotos por sobre la media semanal es noticia como para alarmarse… saquen sus propias conclusiones.