Tuesday 19 July 2011

Introducción a la clasificación de nubes.

ave El otro día en una reunión familiar saqué algunas fotos a unas nubes. Era unos cirros y lo que creo que es una virga. Para mi abuela, sin embargo, se trataba de un pájaro volando sobre las casas. Lo que me pareció interesante es que esta mujer de cien años (literalmente) que ni siquiera terminó la primaria sabía algo que yo tuve que aprender en un libro y que fue una de las grandes revelaciones de los pintores impresionistas. Me dijo que los artistas se la pasan tratando de dibujar el cielo, pero éste está en constante cambio. Es cierto, las nubes son entes dinámicos; cirrus se convierte en un cirrostratus en unos pocos minutos y si te descuidás, éste termina siendo un nimbostratus y se te agúa el picnic.

Pero a pesar de este dinamismo las nubes pueden clasificarse y esta es la primera entrada de una serie que va a ir detallando los 10 principales tipos de nubes. Voy a basarme principalmente en el libro "Guía del Observador de Nubes" de Gavin Pretor-Pinney, fundador de la Cloud Apreciation Society (Sociedad de la Apreciación de las Nubes). Una lectura que no podría recomendar lo suficiente tanto por su calidad informativa como por su belleza poética.

Las nubes se clasifican mediante un sistema similar a la taxonomía de Linneo. Hay 10 géneros principales que luego se subdividen en especies y, finalmente, las nubes tienen variedades. Una nube en particular sólo puede pertenecer a un género y especie en particular pero puede tener cualquier número de variedades distintas. Los géneros hacen referencia, principalmente, a su altitud y aspecto.

Los 10 géneros principales de nubesLos 10 géneros principales de nubes.

Los nombres en Latín pueden resultar confusos en un principio pero luego se ve que son muy descriptivos. Así, las nubes que tienen el prefijo “alto” son nubes de mediana altura (de entre los 2 y los 6 kilómetros snm), las “cirrus” son las más altas de todas las nubes (salvo un par de excepciones de lo más excepcionales) y las que no tienen prefijo son nubes bajas. El prefijo “cumulus”, como su nombre lo indica, implica que la nube tiene forma de pompón a diferencia de las de tipo “estrato”, que son nubes más o menos homogéneas que cubren grandes áreas del cielo. Finalmente, toda nube que lleve la partícula “nimbo” es, por definición, una nube de lluvia.

Inmediatamente podemos saber, entonces, que un altocumulus es una nube de mediana altura en forma de pelotas de algodón que se distingue del cirrocumulus, por supuesto, en que éste último es mucho más alto. También podemos saber inmediatamente que no es conveniente salir sin paraguas cuando vemos un cumulonimbus o un nimbostratus en el horizonte. En cuanto a su altura, ambas nubes tienen la particularidad de extenderse a más de un nivel. Particularmente, el cumulonimbus ocupa los tres niveles de la atmósfera llegando desde el suelo (si presenta tubas) hasta llegar a la tropopausa, donde genera su  inconfundible incus

Las especies y variedades son propias de cada género por lo que no se pueden establecer reglas tan generales. Pero sus nombres en latín son más que nada descriptivos. Los términos húmilis, mediocris y congestus no serán extraños para ninguna persona que hable una lengua romance.

No todas las nubes entran en esta clasificación. Existen nubes accesorias y rasgos complementarios que son formaciones nubosas que sólo aparecen en conjunción con algunos de los géneros principales y otras que no tienen nombres oficiales. Por ejemplo, las famosas (o infames, según a quién le preguntan) estelas de condensación que producen los aviones o los cumulus que se forman sobre las centrales eléctricas (informalmente llamados fúmulus) no aparecen en las clasificaciones.

Con todo este latín es fácil olvidarse de la lección de mi abuela. Estas clasificaciones no son más que abstracciones; son conceptos creados por los hombres para poner un poco de orden en la caótica danza de gotas de agua y cristales de hielo que se presenta diariamente ante cualquiera que decida levantar la vista hacia el cielo.