Friday 13 May 2011

El poder del efecto placebo en el Círculo Escéptico Argentino

He recibido algunas críticas cuando hablo de la mal llamada medicina alternativa. Acupuntura, homeopatía, toque terapéutico, medicina ortomolecular… son todas terapias que no funcionan; y cuando digo “no funcionan” significa que no funcionan mejor que el placebo. Y nunca falta la persona que me dice “¿Qué me importa si es por efecto placebo o ciencia? Lo importante es que cure". A una persona que comentó recientemente le prometí una entrada sobre el poder del efecto placebo y como lo prometido en deuda, lo publiqué en el blog del Círculo Escéptico Argentino.

El efecto placebo es una bestia complicada de muchas cabezas como el Can Cerberos que guarda la puerta del Hades o la Hidra de Lerna que Heracles tuvo que matar en uno de sus trabajos. Usado en el contexto de los ensayos clínicos, el placebo significa cualquier tipo de intervención (pastillas, conversaciones, movimientos, masajes, etc…) que se utiliza para eliminar una gran cantidad de sesgos que invalidarían los resultados. Si el paciente sabe que no está recibiendo un verdadero tratamiento hay más chances de que deje el experimento, que busque un tratamiento paralelo, que adopte un estilo de vida diferente, etc… Pero tener un grupo placebo también sirve para controlar otros factores como la regresión a la media (la tendencia de una enfermedad a volver al promedio luego de estar en un extremo), la curación natural y la progresión natural de la enfermedad (un resfrío con tratamiento dura 7 días y sólo 1 semana sin él). Todo esto constituye el llamado "efecto placebo".

En resumen, el "efecto placebo" es la mejora que se observa en los sujetos experimentales aún sin recibir un tratamiento activo mientras que el "placebo" o "pastilla placebo" es la intervención inerte (pastillas de talco, charlas) que se le da a un paciente para compararlo con el grupo que recibe el tratamiento real.

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