Thursday 30 December 2010

Epistemofobia: Gish Gallop

Hace rato que no hacía una de estas entradas, pero no entiendo cómo no cubrí antes esta táctica de desinformación. La “Gish Gallop” (literalmente, Galope de Gish) es una técnica nombrada en honor a su más famoso representante Duane Gish. Duane es un creacionista de cierta nota muy conocido por sus debates. Este germen particularmente patógeno se sienta en su silla y en los 10 minutos que dura su presentación, presenta una montaña de datos falsos, argumentos falaces y malinterpretaciones del estado de la ciencia confiando que no existe ser humano capaz de responder y corregir semejante cantidad de barrabasadas en el tiempo que tiene para responder. La enorme cantidad de datos asegura, además, que aún cuando su oponente refute varios de ellos, él puede ignorarlo por completo y señalar todo lo que éste no respondió.

Técnicamente no se trata de una falacia en toda regla, ya que de utilizar argumentos válidos y verdaderos, la conclusión sigue en pié. Es, sin embargo, una técnica de debate que sirve para dar la impresión de que uno tiene razón aún cuando no tenga nada serio para decir. Tiene una gran efectividad en debates en vivo ya que el tiempo es aún más apremiante en esos casos que en una discusión escrita.

Basa su eficacia en que decir una mentira o un argumento falaz es trivialmente sencillo. Uno sólo tiene que decir lo primero que le viene a la mente y, mientras uno tenga el carisma suficiente, puede parecer un gran experto. Corregir falsedades, sin embargo, es costoso. Lleva tiempo, hay que investigar, o incluso uno puede no ser un experto sobre el tema en particular. Pero, si bien su hábitat natural son los debates en vivo, también puede presentarse en foros de discusión o, como en el caso que disparó esta entrada, comentarios en un blog.

En internet, la Gish Gallop hace uso de la misma asimetría (escribir también toma su tiempo) pero acá se nutre también de un arma de doble filo: el hipertexto. Duane Gish en sus debates al menos tenía que elaborar mínimamente su argumento pero la internets nos permite ahora copypostear una pared de links y seguir nuestro camino. ¡Ni siquiera hace falta escribir nada! Por otro lado, una refutación consistente puramente de links es inaceptable y con buen motivo.

Conclusión

No hay que dejarse tragar por la Gish Gallop. Si uno está siendo sometido a una, mi consejo es retroceder un paso, reconocer explícitamente que es imposible responder a todo, pedir que el oponente identifique el argumento que crea más sólido e importante y discutir sobre eso.

Todavía estoy tratando de encontrar una buena traducción ya que la literal es bastante ridícula. Quizás una buena sería “La metralla de Gish” o simplemente “la metralla”, eliminando la referencia que quizás no muchos hispanoparlantes entiendan. Aprecio sugerencias.

Monday 27 December 2010

El efecto placebo funciona sin engaño.

ResearchBlogging.org

Existe muchos malentendidos acerca del efecto placebo. Se habla de interacción mente-cuerpo o del poder del pensamiento positivo, pero eso es sólo una parte de la historia. En el contexto de los estudios médicos, hablar de “efecto placebo” es hablar de un conjunto de factores que nublan la interpretación de los resultados y que se dan a varios niveles.

Al nivel del paciente, éste efectivamente puede mostrar una mejoría al sentirse más relajado, tener menos estrés y confiar en que va a mejorar. Pero también puede ser que éste le diga al investigador lo que quiere oír o que inconscientemente no pueda aceptar que el tratamiento no es eficaz y reporte mejora cuando no la hay. Al nivel del investigador, el sesgo de selección (Cherry PickingCherry Picking) es un fantasma siempre presente, se puede tratar de forma distinta si sabe que el paciente está tomando la medicina o evaluar sus resultados de forma más conveniente. Al nivel de la investigación, hay que tener en cuenta los efectos no específicos de la intervención a evaluar. Por ejemplo, si se realiza un experimento con mucha publicidad para evaluar la eficacia de la homeopatía para combatir la leptospirosis, no se pueden obviar los efectos de miles de expertos de la salud visitando los habitantes casa por casa. Y a nivel de la literatura científica, existen varios sesgos que ayudan a crear un efecto inexistente desde el sesgo de publicación (resultados positivos tienden a publicarse más que los resultados nulos) hasta el organismo que financia los estudios.

En este contexto (incompleto) hay que entender la noticia de que los placebos funcionarían aún sin engaño. En este estudio que cualquiera puede leer gratuitamente en PLoS ONE , Kaptchuk et al (¿será pariente de Ash?) compararon la mejoría de un grupo de pacientes con Síndrome de Intestino Irritable (SII) que no recibieron ningún tratamiento, con otro grupo al que se les dio pastillas con placebo. La novedad de este experimento es que a este último se les dijo explícitamente que lo que estaban tomando era un placebo sin ingredientes activos. Los resultados mostraron una mayor mejoría en los pacientes que tomaron las píldoras que en los pacientes que no recibieron tratamiento alguno.

journal.pone.0015591.g002

Ahora, ¿esto qué significa? Personalmente, creo que hay algunas cuestiones que no me convencen. Para empezar, la elección de la enfermedad fue deliberada para crear el mayor efecto placebo posible, pero la evaluación de los síntomas de SII son completamente subjetivas. Considerando que aún el grupo sin tratamiento mostró un cambio positivo, no creo que pueda eliminarse la posibilidad de que la mejora sea ilusoria.

¿Se puede descartar el efecto del paciente respondiendo lo que el investigador quiere oír? Los mismos autores admiten que no, aunque sostienen que sería imposible hacerlo. Pero acá se ve exacerbado por lo que, en mi opinión, es un problema con el ciego: A ambos grupos se les hacía una visita a la mitad del estudio para evaluar sus síntomas y preguntarles sobre el estudio. Inevitablemente el médico o enfermera que lo hacía, sabía si el paciente estaba tomando placebos o no tenía tratamiento (las preguntas eran distintas en cada caso). Los autores afirman que la cantidad y calidad de las interacciones eran similares, pero no creo que se pueda confiar en que los propios sesgos de los investigadores no hayan entrado en juego.

Otra posible explicación es que las pastillas sirvieran como un recordatorio para realizar con mayor regularidad los tratamientos convencionales. De hecho, a la pregunta “¿Qué cree que había en las píldoras placebo?”, uno de ellos respondió “recordatorio simbólico”.

Finalmente (y principalmente), los sujetos fueron reclutados mediante propagandas que pedían voluntarios para “un novedoso estudio de mente-cuerpo en SII” y se les daba una presentación de 15 minutos que tocaba los siguientes puntos:

  1. El efecto placebo es poderoso
  2. El cuerpo puede responder automáticamente al tomar placebos como los perros de Pavlov que salivaban cuando oían una campana
  3. Una actitud positiva ayuda pero no es necesaria
  4. Tomar las pastillas con fe es muy importante. [de la traducción al inglés “taking the pills faithfully is critical”]

En otras palabras, ¿no se les estaba diciendo, básicamente, que aún cuando no contengan ingredientes activos los placebos pueden ayudarte? En un cuestionario de control los pacientes parecían haber entendido que los placebos no contienen medicina, pero me pregunto si realmente entendían que no tenían razón alguna para esperar una verdadera mejoría. Lo que me parece es que esa charla y la forma de reclutamiento estaban diseñadas (consciente o inconscientemente) para potenciar la creencia en una posible mejora. ¿Cuál es la diferencia entre esto y las timopulseras que advierten que “no está comprobado científicamente” y “puede funcionar o no” pero luego dicen que “mejora el balance y la flexibilidad”?

Conclusion

Juzgando por lo que dicen en la discusión, los autores deberían estar de acuerdo conmigo cuando digo que no creo que este estudio sea convincente para probar que los placebos funciona sin engaño. Por ahora, lo único sólido que se puede concluir es que el efecto placebo subsiste aún cuando se elimina su factor de engaño. Pero esto no es sorpresa para nadie que entienda su complejidad. Sin embargo, no estaría de más realizar más investigaciones sobre el efecto placebo tratando de controlar más seriamente todos los factores y utilizando una enfermedad cuya severidad pueda medirse objetivamente.

En otras palabras: que el efecto placebo se mantenga, no significa que la píldora placebo funcione.


Kaptchuk, T., Friedlander, E., Kelley, J., Sanchez, M., Kokkotou, E., Singer, J., Kowalczykowski, M., Miller, F., Kirsch, I., & Lembo, A. (2010). Placebos without Deception: A Randomized Controlled Trial in Irritable Bowel Syndrome PLoS ONE, 5 (12) DOI: 10.1371/journal.pone.0015591

Wednesday 22 December 2010

El miedo no sirve para concientizar sobre el cambio climático.

ResearchBlogging.org

A pesar de que en la comunidad científica existe un claro consenso de que el planeta se está calentando y las actividades humanas es la causa principal, un gran segmento de la población lo niega. En EE.UU. no más del 50% de la población está de acuerdo con las conclusiones básicas del IPCC aunque, por suerte (y sorprendentemente para mí), el porcentaje sube al 80% en la comunidad global. Algunos atribuyen este negacionismo a factores ideológicos como la adherencia a nociones libertarias de capitalismo desregulado o la idea de que el humano no puede tener un efecto tan importante en un planeta tan enorme.

Pero quizás haya causas más mundanas. De la misma forma que las supersticiones podrían ser errores que surgen del funcionamiento normal de la cognición, tal vez el fenómeno del negacionismo surja de algo normal en nuestra naturaleza humana. Personalmente, siento más afinidad por ese tipo de hipótesis que conformarme con inventar una conspiración masónica. Un candidato es la creencia de un mundo justo (Just World Belief). Se trata de un fenómeno psicológico robusto en el que las personas tienden a creer, ejem, que el mundo es justo. Es difícil creer que los malos a veces se salen con la suya, que personas inocentes pueden sufrir sin justificación alguna o que todo se va a ir al carajo sin importar lo que hagamos. Es un marco conceptual que explica muchas cosas. Desde la creencia en el cielo, el infierno y un plan divino (“todo sucede por alguna razón”), hasta culpar a los enfermos de SIDA por su enfermedad pasando por la idea del karma, los ciclos de reencarnación, etc…

Lo que Matthew Feinberg y Robb Willer hicieron fue probar esta hipótesis con 2 experimentos sencillos. En el primero midieron las actitudes hacia el cambio climático y el nivel de creencia en un mundo justo a unos 100 estudiantes (el conejillo de indias preferido de los psicólogos, al parecer) y entre 3 y 4 semanas más tarde se les hacía leer uno de dos falsos artículos sobre el tema. Ambos eran iguales salvo por los últimos dos párrafos: uno tenía un mensaje amenazante que resaltaba los riesgos y consecuencias apocalípticas del calentamiento global; el otro tenía un tono más positivo, concentrándose en las posibles soluciones al problema. Finalmente se volvía a medir sus opiniones. Como se ve en el gráfico, para las personas que creían en un mundo justo hay una gran diferencia de recepción entre el mensaje positivo y el negativo aunque no se observa diferencia en el otro grupo.

screenshot.4_thumb[9]

En el segundo experimento a los participantes se les hacia, supuestamente, un test de comprensión de lenguaje en el que tenían que ordenar palabras para formar oraciones. Un grupo tenía oraciones como “El mundo es predecible” o “De alguna manera, la justicia siempre triunfa” mientras que el otro grupo tenía oraciones opuestas. Esta es una forma ya establecida en la que los psicólogos implantan ideas sin que los participantes se den cuenta (así que cuidado, eh). Después se les hacía ver 2 spots publicitarios sobre cambio climático altamente negativos (vean los videos si no están convencidos). Nuevamente, al final se les preguntaba sobre su posición en el tema. Como era de esperarse, los que habían sido expuestos a la idea de un mundo justo indicaron mayor escepticismo que el otro grupo. No sólo afectó la aceptación de la realidad del cambio climático, sino también su voluntad de hacer cambios en su vida para reducir sus emisiones de gases invernadero.

Conclusión.

Es esperable que este sea sólo un factor que explica la reticencia de una parte importante de la población mundial de aceptar la realidad del cambio climático. Cuestiones ideológicas y campañas activas de desinformación probablemente tengan un rol, pero esos factores son difíciles de modificar. Por otro lado, comunicar el problema desde una posición más positiva, acentuando las cosas que pueden hacerse en vez de usar imaginería que causa preocupación y fatalismo, parece ser una forma efectiva de cambiar la opinión pública. Como mínimo, quizás dejen de llamarme “alarmista”.


Feinberg M, & Willer R (2010). Apocalypse Soon?: Dire Messages Reduce Belief in Global Warming by Contradicting Just-World Beliefs. Psychological science : a journal of the American Psychological Society / APS PMID: 21148457

Sunday 19 December 2010

Día del Escepticismo: Círculo Escéptico Argentino.

Quienes sigan este blog habrán notado (o no) que desde hace varias semanas no hay entradas nuevas. Lejos de deberse a que soy un vago, es porque estuve bastante ocupado con un proyecto súpersecreto.

A principios de noviembre me contacté con Ezequiel de Alerta Pseudociencias con la idea de producir un podcast sobre pensamiento crítico. De alguna manera esto le dio la idea de crear un grupo de correo y se ve que el pensamiento ya estaba en el zeitgeist porque rápidamente se le juntaron varias personas con muchas ganas de participar. Él ya tenía varios conocidos de un grupo rosarino (Grupo Orillas) que se metieron prontamente. También están Pablo Flores de Alerta Religión y Lisandro Carnielli de Dr.Gen a quienes ya linkeé en otras oportunidades y varias personas más que conocí recién gracias a este proyecto. Luego de bastante debate y no pocas horas de trabajo podemos dar a luz a nuestro hijo intelectual: el Círculo Escéptico Argentino. Su fecha de nacimiento (no es casualidad) es el 20 de diciembre, el Día del Escepticismo y la Lucha contra la Pseudociencia en honor a la muerte de Carl Sagan. Este es nuestro aporte para esa lucha.

Varias veces había intentado buscar agrupaciones escépticas en mi país, pero todas eran infructuosas. Aparentemente existe el CFI Argentina, pero en su web no aparece actividad alguna desde el 2005 y luego de mandar un mail al contacto nunca conseguí respuesta. También hubo un Argentina Skeptics, pero su página está caída y hay un blog que sólo tiene un Sol.

El Círculo Escéptico Argentino entonces nace “como un punto de encuentro para quienes aman el pensamiento crítico y las buenas discusiones y creen que nada debe estar exento de duda razonable”. Vamos a organizar encuentros periódicos en varias ciudades del país (ya está programada una en Rosario y los que vivimos en Capital estamos organizando la nuestra), tenemos un foro de discusión y producimos un podcast. Si quieren participar en un suicidio homeopático, también pueden registrarse en el foro y enterarse de cómo y dónde hacerlo.

De más está decir que este es un proyecto que recién comienza y que es una certeza que cometeremos errores y omisiones, pero el aprendizaje está irremediablemente conectado a ellos. Es por eso que (y también espero que esté de más decirlo) queremos incentivar el debate y la conversación con la mayor cantidad de gente posible, especialmente quienes están en desacuerdo con las conclusiones a las que llegamos.

Tuesday 7 December 2010

Las plantas y las nubes en el cambio climático.

Al igual que con la evolución, hay gente que utiliza la (perenne) existencia de huecos en nuestro entendimiento del cambio climático para tratar de minar su aceptación. Sí, los modelos climáticos tienen fallas, omisiones e incertidumbres al igual que todo el resto de nuestro conocimiento científico (para eso existen las barras de error). Pero nunca hay que olvidarse que esas incertidumbres pueden significar tanto que los modelos sobreestiman el calentamiento como que lo subestiman. O también puede significar ambas cosas.

Uno de los grandes interrogantes en la climatología es el efecto de las nubes. Por un lado, funcionan como una frazada, atrapando el calor que irradia la superficie a la noche e impidiendo que se disipe hacia el espacio; pero por el otro, como bien lo notó Heidi las nubes son blancas, por lo que durante el día actúan como un gran espejo, reflejando la radiación solar. Dependiendo de cómo interactúan ambos procesos, el efecto neto de un aumento en la nubosidad (al aumentar la temperatura de los océanos, aumenta la humedad) es poco conocido.

Un segundo interrogante, del que me entero al leer este artículo, es el efecto de las plantas. Al aumentar la humedad y las concentraciones atmosféricas de CO2, las plantas pueden fotosintetizar más eficientemente y crecen más aumentando, de esa manera, el enfriamiento por evotranspiración. A su vez, al aumentar la temperatura, áreas de tundra previamente cubiertas de hielo (blanco) podrían ser reemplazadas por pastizales y otras vegetaciones obscureciendo la superficie y reflejando menos radiación solar.

Dos trabajos recientes investigan estos problemas. Lauret et al (2010) usó 16 modelos climáticos globales y uno regional (iRAM) para simular la cobertura de nubes en las zonas tropicales y subtropicales del Pacífico Este. Al comparar los resultados con las mediciones satelitales concluyeron que el modelo iRAM era el que mejor se ajustaba a los datos. Si el iRAM puede simular correctamente las condiciones actuales, entonces es razonable suponer que será fiable para simular las condiciones futuras. En palabras de los autores:

Todos los casos de calentamiento global simulados con iRAM muestran una reducción notable en la cantidad de nubes de baja altura, particularmente estratocúmulos, resultando en una retroalimentación positiva local (…)

Esta no es la última palabra en el efecto de las nubes, por supuesto, pero no es el único paper que llega a conclusiones similares. Por ejemplo, un estudio de varias décadas de registros marítimos concluyó que “Este análisis observacional indica que las nubes actúan como un feedback positivo en esta región en escalas temporales medidas en décadas”.

En cuanto al efecto de las plantas, la NASA utilizó un nuevo modelo climático en el que toma en cuenta la regulación negativa. Un proceso en el cual las plantas realizan su fotosíntesis con más eficiencia y requieren menor cantidad de agua para crecer y pueden tener hojas más grandes. Los intentos de simular el efecto de la vegetación no tuvieron en cuenta este mecanismo y no mostraban prácticamente nada de retroalimentación negativa. Pero este nuevo modelo encontró que las plantas enfriarían el planeta en 0,3 ºC. Esto es claramente inadecuado para contrarrestar el calentamiento proyectado de entre 2 y 4,5 ºC pero sirve para extender nuestro conocimiento.

Conclusión.

Estos últimos trabajos son un vívido recordatorio de que la incertidumbre cuenta tanto para abajo como para arriba. A esta altura de las investigaciones estamos hilando fino y nada de esto contradice nuestro conocimiento básico del proceso actual de cambio climático, ni la realidad de su existencia ni la responsabilidad humana.

La OMS institucionalizaría el doble estándar de la “medicina” alternativa.

forense  La Organización Mundial de la Salud planea crear una Clasificación Internacional de Medicinas Tradicionales (ICTM por sus siglas en inglés). Este vendría a ser un proyecto paralelo a la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD) para promover un estándar estadístico global para la evaluación de terapias “alternativas” (es decir, no-medicina).

Según el artículo en Science Insider, “incluirá datos sobre remedios herbales, acupuntura, moxibustión, terapias naturales y ejercicios”. La OMS siempre ha tenido una relación algo ambigua con las prácticas medicinales alternativas. Por un lado, no tengo noticias de que alguna vez hayan apoyado el uso de terapias de efectividad y seguridad no probadas, pero por el otro siempre ha intentado ‘integrar’ a los practicantes de estas modalidades en sus campañas. Se trata de una situación bastante difícil. Una organización de su tipo no puede hacer menos que promover las mejores terapias más seguras y más efectivas dentro de lo posible; pero al actuar en regiones pobres y con bajo o nulo acceso a la medicina científica, no pueden darse el lujo de alienar a todo chaman, curandero o brujo sanador que podría ayudarlos en su casusa.

Cuando leí la noticia lo primero que pensé es en la institucionalización de un doble estándar viejo y peligroso. Por un lado la medicina, por el otro la “medicina alternativa”. Esta es una dicotomía que resulta ridícula para cualquiera con sentido común. No recuerdo quien dijo: “¿Saben cómo se llama la medicina alternativa que funciona?… medicina”. Pero eso depende del contenido que el ICTM integre en su texto. Siguiendo la línea de razonamiento anterior, si algo es “terapia alternativa”, por definición no puede funcionar. El ICTM podría resultar un recurso valioso si listara toda la evidencia que hay en contra de las modalidades que lista; si se trata de un intento de hacer llegar la información al público que no la conoce.

Habrá que estar expectantes. A pesar de que tengo objeciones de principio a la creación de algo como esto, tengo que admitir que podría ser un proyecto fructífero. Espero que lo sea. Mientras tanto, dejo una cita del Insider que puede ser interpretada como alentadora o aterradora

T. Bedirhan Üstün, que lidera los esfuerzos de clasificación de la OMS,afirmó que debido a la flata de iformación estandarizada, la medicina tradicional es “el lado obscuro de la medicina”. El ICTM acercará estos acercamientos tradicionales “hacia la luz de la ciencia”.

(viñeta cortesía de La Pulga Snob)

Wednesday 1 December 2010

Ilusión de causación y cómo reducirla.

ResearchBlogging.org

Es saber proverbial (al menos en ciertos círculos) que el humano es un animal que busca patrones. Skinner demostró que las palomas no están exentas de esta consideración y varias investigaciones evidencian que esta tendencia aumenta cuando nuestra sensación de control disminuye. Este es un tema muy relevante en la pseudociencia ya que es usual que quienes la promueven se sustenten en nuestra pobre capacidad de estimar causación y efectividad. Entender cómo reducir esa ilusión de causación sería un buen método para disminuir la influencia de los charlatanes. En un paper publicado en el British Journal of Psychology, investigadores de la Universidad de Deusto en Bilbao hace precisamente eso.

Muchas personas tratan de encontrar diferencias cognitivas entre los creyentes y no creyentes. Por ejemplo, algunas investigaciones vinculan una personalidad propensa a la fantasía (fantasy prone personality) y la creencia en lo paranormal. Helena Matute et al propone que, en realidad, la ilusión de causación, los errores cognitivos y los errores sistemáticos son parte de la cognición normal a la luz que las investigaciones que el acercamiento anterior no llegó a resultados consistentes. Se basan en dos pilares de conocimiento, la literatura sobre superstición y e ilusión de control y la teoría de contingencia en el aprendizaje y predicen que la cantidad de veces que se observa la potencial causa y la forma en la que se evalúa el resultado son dos factores que disminuirían la ilusión de causalidad (preguntar por la efectividad debería generar mayor ilusión de causación que preguntar específicamente por la causa).

En el experimento se realizó por internet y consistía en pedirles a los participantes que evalúen la efectividad de una droga ficticia para curar una enfermedad que no existe realmente. Se les mostraba a cada participante 100 pacientes ficticios que sufrían de Síndrome de Lindsay; algunos de ellos habían tomado la medicina (Batatrim) y otros no. Se les preguntaban si creían que el paciente iba a mejorar y luego se les decía si se habían curado o no. El truco es que tanto los pacientes que habían tomado la medicina como los que no se curaban el 80% de las veces; es decir, el Batatrim no tenía efecto alguno.

Para probar si la frecuencia en la que aparecía la causa potencial afectaba el nivel de ilusión, los participantes fueron divididos en 2 grupos. Uno veía 80 pacientes que habían tomado la droga y el otro sólo 20 (en ambos casos la tasa de recuperación era del 80%). Además, se les preguntaba “¿Hasta qué punto crees que el Batatrim es la causa de la curación de las crisis de los pacientes que has visto?” (pregunta causal) y “¿Hasta qué punto crees que el Batatrim ha sido efectivo para curar la crisis de los pacientes que has visto?” (pregunta sobre efectividad).

Matute et al 

Como habíamos predicho, las barras negras (los que vieron sólo 20 pacientes que tomaron el Batatrim) juzgaron el medicamento significativamente menos efectivo que las barras rayadas. Pero además, la forma en la que se formula la pregunta también tiene un efecto (no tan fuerte).

Conclusiones.

Este estudio tiene, creo yo, implicaciones importantes en la forma en la que los divulgadores científicos  la comunidad escéptica se relaciona con el público. Aparentemente sería recomendable abordar cuestiones como la efectividad de la homeopatía desde el ángulo de la causalidad. Cuando se pregunta por “efectividad”, la relación causal queda adentro de la caja negra. Si una persona conoce muchas personas que se mejoraron luego de un tratamiento, hay que hace un trabajo cognitivo importante para no concluir que éste es efectivo. Al poner en la mesa la noción de causación, quizás uno esté ayudando ese trabajo; abriendo la caja negra para que el otro mire adentro.

Por otro lado, también muestra la efectividad (ejem..) de otro tipo de campaña. Instruir sobre el método científico es una buena idea pero tiene muchas complicaciones. Como bien notan en el paper, el sólo hecho de convencer a alguien que la ciencia es algo que vale la pena es un desafío. Exponer al público a una mayor cantidad de evidencia no sesgada es más simple y no deja de ser efectivo. En cualquier caso, es otra forma de responder al “a mí me funcionó”.


Matute H, Yarritu I, & Vadillo MA (2010). Illusions of causality at the heart of pseudoscience. British journal of psychology (London, England : 1953) PMID: 21092400