Thursday 8 July 2010

El Premio Nobel y el argumento de autoridad.

  El argumentum ad verecundiam es una variante del argumento de autoridad, en el que las críticas se dirigen hacia las personas y no hacia los argumentos. El argumentum ad verecundiam, o “argumento dirigido al respeto” trata de establecer que lo que dice una persona es verdad porque esa persona es prestigiosa. A diferencia del argumento de autoridad, este prestigio no tiene que ver necesariamente con la cuestión que se está tratando. Decir que no existe calentamiento global porque X climatólogo lo dice es un argumento por autoridad; afirmar que no existe porque lo dice Victor Stenger, físico de partículas es un argumento por respeto.

Un reciente artículo de The Austrailan ilustra muy bien cómo funciona esta falacia. “Nobel laureate gives homeopathy a boost” [Premio Nobel le da un impulso a la homeopatía].

El virólogo francés Luc Montagnier dejó atónitos a sus colegas en una prestigiosa conferencia internacional cuando presentó un nuevo método para detectar infecciones virales que tiene importantes similitudes con los principios básicos de la homeopatía.
  Aunque sus compañeros ganadores del Premio Nobel – que ven la homeopatía como una charlatanería – sacudieron sus cabezas con vergüenza, los comentarios de Montagnier fueron tomados rápidamente por homeópatas ansiosos de ganar credibilidad. Texto

Este es un caso típico. Una persona muy prestigiosa hablando de cosas fuera de su área haciendo comentarios que lo dejan completamente en ridículo. Montagnier propone que soluciones conteniendo ADN patógeno podrían emitir “ondas de radio de baja frecuencia” que podrían afectar la “nanoestructura” del agua (cuyas moléculas también podrían emitir ondas de radio) haciendo que ésta mantuviera la “memoria” de las substancias con las que tuvo contacto. Esto, por supuesto, no está basado en la realidad. No sé de donde sacó sus ideas pero no es más que pura especulación, parecida a las de Masaru Emoto que sostiene que las moléculas de agua ‘sienten’ y ‘capturan’ las emociones de las personas.

Claro que los homeopatéticos van a agarrar esto y reportarlo con títulos como “Premio Nobel afirma que la homeopatía funciona”. La realidad es que si Montagnier hubiera leído un poco acerca de qué es la homeopatía, cómo supuestamente funciona y la (falta de) evidencia de su efectividad no estaría haciendo comentarios tan estúpidos. Lo que es peor, es este párrafo del artículo:

Las medicinas homeopáticas funcionan bajo el principio de que una substancia tóxica, consumida en cantidades minúsculas cura los síntomas que causaría si se la toma en grandes dosis. Texto

Lo cual es falso en varios niveles. No es verdad que los preparados homeopáticos tengan bajas dosis de substancias tóxicas; no tienen absolutamente nada. Y, lo que es peor, las “medicinas homeopáticas” no funcionan bajo ningún principio; directamente no funcionan.

Esta no es la primera vez que escucho acerca de un Premio Nobel apoyando pseudociencia. En el primer post de este blog hablé de la medicina ortomolecular. Según esta pseudoterapia alternativa, sólo hacen faltan la cantidad adecuada de nutrientes (o megadosis de vitaminas) para curar cualquier clase de enfermedad. Resulta que su fundador, Linus Pauling, fue un excelente químico ganador de 2 (dos) premios Nobel.

Nota mental: si alguna vez gano un Premio Nobel, acordarme de tirarme a un pozo no hablar a la prensa nunca más.