Friday 8 January 2010

Comprobando el postmodernismo

Jaques Derrida: "El peine es una construcción lingüística"  En Rationally Speaking Julia Galef posteó una serie de artículos sobre el postmodernismo. No es de extrañar que a una persona letrada en ciencias y que puede ver la importancia de la evidencia en la elaboración del conocimiento tome una postura crítica hacia esta filosofía. El postmodernismo suena ridículo y dañino en principio cuando nos trata de convencer de que no existe una verdad absoluta, que los valores morales son completamente relativos y que el conocimiento es sólo una construcción social y lingüística. La ironía que comparten con todos los movimientos anti-intelectualistas es que ningún postmodernista va a dejar de manejar un auto, tomar un analgésico o cocinar su comida en un microondas porque el los principios que nos dieron esos inventos estén basados en el mismo conocimiento que tratan de negar. No sólo eso, sino que los textos posmo son obscuros, incomprensibles y muchas veces incoherentes. Pero existe un problema: todo postmodernista puede señalar, correctamente, que el hecho de no entender un texto no significa que carezca de significado. ¿Cómo podemos, entonces, corroborar con evidencias que el postmodernismo es basura?

Esta es una pregunta que, debo admitirlo, nunca me había hecho. Siempre me pareció que la incoherencia era algo evidente pero el tema es que los postmodernistas dicen entenderlos. Eso es lo que me parece tan bueno del post de Galef, busca verdaderas evidencias y propone experimentos que ayuden a diferenciar entre un sinsentido y un texto con conceptos tan avanzados que son incomprensibles para la mayoría de los mortales. Voy a hacer un resumen de los métodos propuestos pero recomiendo fervientemente su lectura[1] para leer más sobre cada uno y sus limitaciones y problemas

  1. Si un experto no puede diferenciar entre un texto postmoreno genuino y un artículo de pura incoherencia, podemos afirmar -al menos- que ese experto no era tal. Comenta el caso de Alan Sokal, quien escribió un texto completamente inservible y lo envió a la revista “Social Text” quien lo publicó sin más. También existe un generador de textos posmo que da resultados muy interesantes.
  2. Agarrar un texto genuino de algún autor postmodernista destacado y cambiar aleatoriamente las oraciones por sus contrarios. Si una está en afirmativo, negarla y viceversa. Esto no generaría necesariamente sinsentido, pero si los expertos no pueden distinguirlos, sabemos que el texto tiene tanto sentido como su contrario.
  3. Usando el concepto de Entropía de la Teoría de la Información. Una alta entropía significa que las palabras no tienen relación entre ellas, una entropía muy baja, significa que el texto es altamente redundante. Midiendo la entropía en textos postmodernos y comparándolo con  “controles” cuyo significado está bien establecido, su “cantidad de significado” se podría establecer cuantitativamente.
  4. Preguntarle a un posmo qué falsearía una proposición determinada. Un ejemplo dado por Julia Glaef: “¿Cómo podríamos saber si las singularidades NO poseen un proceso de auto-unificación?”. Si no hay nada que pueda falsear la idea de que “las singularidades poseen un proceso de auto-unificación”, es un concepto inservible, sin relación con la realidad y que no puede ser clasificado como conocimiento.

La conclusión, finalmente, es que es difícil demostrar de manera científica que un texto postmodernista es sinsentido. Pero yo creo que no es necesario hacerlo para rechazar el postmodernismo. De la misma manera que no hace falta probar la no-existencia de un creador del universo para no estar convencido de su existencia, tampoco hace falta probar que el postmodernismo no tiene ningún valor: es responsabilidad de quienes lo aceptan el convencer al resto que sí lo tiene.

 


[1]Para quien no sabe inglés, se puede leer en español usando Traductor de Google: Parte I y Parte II