Thursday 5 November 2009

Qué haríamos sin ellos.

Hace poco me enteré de que en Argentina se está va a tratar un proyecto de ley que legalice el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ya era hora. (La Federación Argentina de LGBT tiene una carta modelo para enviar a diputados para apoyar la propuesta). Pero como ningún país está completo sin su acervo de fanáticos religiosos, la Iglesia Católica nos regala esta joyita:

Obispos argentinos piden a Parlamento proteger verdadero matrimonio
La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), pidió al Parlamento Nacional proteger el verdadero matrimonio basado en la unión complementaria entre un hombre y una mujer, y no entre personas del mismo sexo, como quieren hacer creer los proyectos de ley de "matrimonio" homosexual.
De más está señalar la falacia naturalista que permea en el discurso anti-homosexual. La misma falacia que luego le adjuntan a quienes aceptamos la evolución.

Update:
Abogados católicos se pronuncian contra de ley que legalizaría "matrimonio" homosexual
La Corporación de Abogados Católicos, con la misma línea que la CEA nos informa que
"el matrimonio es una institución del orden natural, que existe grabada en la mente y en el corazón de los hombres; o sea, que es propia de la naturaleza humana, basada en la naturaleza sexuada del hombre, que está encauzada a la fecundación y la diferenciación sexual a la complementariedad, encontrándose la misma orientada al servicio de la intercomunicación interpersonal, y de esa manera, a la perfección de los integrantes de la pareja".

"Por otra parte –indican– en el caso tampoco se violó la garantía de igualdad ante la ley, que implica gozar de iguales derechos en las mismas circunstancias, ya que no se puede afirmar que sean iguales las circunstancias de las parejas heterosexuales unidas en matrimonio, uno de cuyos fines naturales es la procreación, y quienes, por ser del mismo sexo, no pueden procrear".
Deberíamos prohibir el matrimonio de mujeres y hombres infértiles, que el acta de matrimonio obligue contractualmente a la pareja a tener progenie y que se les multe si no lo hacen. ¿No sería eso lo lógico si la base del matrimonio realmente fuera la procreación? La base del matrimonio no es la procreación, sino el amor y las ganas de dos personas de vivir juntos y formar una familia (aunque no tengan hijos). El Estado mediante el matrimonio reconoce esta unión y le otorga ciertos beneficios. Uno de ellos es facilidades para la adopción. Es irónica la lógica circular que emplean: no pueden casarse porque no pueden tener hijos y no pueden tener hijos porque no les dejamos casarse.

En fin, espero que dentro de unos años veamos estos movimientos en contra del matrimonio gay como otra parte vergonzosa de nuestro pasado junto con el racismo, la xenofobia y la misoginia.